Se puede hacer música con cualquier objeto y con esta actividad lo demostramos.
Con cacharros de cocina se van a representar distintas partituras rítmicas. Las partituras están compuestas por tres voces, por lo que se divide la clase en dos grupos. Con la partitura proyectada en la pizarra cada grupo representa la parte que le ha tocado. Estas son las partituras que había que representar:
Con esta actividad se aprende a leer ritmos y a llevar el compás. Aporta interpretación a partir de los cacharros de cocina, además de saber medir y coordinarse con el grupo, escuchando al grupo contrario.
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